Continuando con la revisión de los problemas urbanos cuyas soluciones demandan grandes inversiones, verdadera voluntad política y efectiva participación, tomamos los problemas de movilidad urbana, que van más allá del transporte y de la infraestructura vial, pasan por la accesibilidad y autonomía, cercanía, seguridad y uso del espacio público. Pero, también, se hará énfasis en las responsabilidades que, como autoridades, ciudadanos, inversores y profesionales asumimos.
Movilidad urbana
Es indudable que la circulación vehicular se ha hecho muy pesada en la ciudad de La Paz, además de un transporte público basado en unidades pequeñas (“minibuses”), con capacidad de entre 10 y 15 pasajeros, hay grandes oportunidades para importar y adquirir vehículos nuevos y otras que facilitan el contrabando y la informalidad total, incrementando anualmente, según información del GAMLP, en 12,000 unidades el parque automotor.
Aún no creo mucho en la capacidad del teleférico como transporte público masivo, indudablemente ha generado, además de un gran y dañino impacto sobe el espacio público, comodidades para muchos usuarios en determinados tramos, conectividad rápida y atractiva y alternativa al transporte bloqueado; quizá su mayor ventaja está en las líneas roja y amarilla, ahora también la morada, porque unen el conglomerado La Paz-El Alto salvando 200 metros de desnivel. Sin embargo, concluida la red y las interconexiones, en el tiempo, habrá que medir y analizar su importancia y aporte en las mejoras a la movilidad.
El sistema de transporte de La Paz Bus, los buses Puma Katari que, sin duda, con su servicio han creado una cultura de respeto, educación y buena ciudadanía, trasladada también al teleférico, no obstante ser “más masivo”, aún no ofrece un balance efectivo en su aporte para resolver los problemas de movilidad urbana. En mi opinión, todavía no lo logra, porque el poder y la presión de los sindicatos de transportistas “minibuseros” no le permiten cubrir las rutas principales y de mayor demanda y, también, porque el sistema está aún incompleto y en proceso de conformación. El transporte masivo, ideado por La Paz Bus, tiene un largo camino para desarrollarse y una dura batalla contra los intereses del, aún, monopolio de los poderosos grupos y sindicatos de transportistas.

Pero también debemos ver otras causas de este desorden y de la incapacidad de resolverlo con lo hecho hasta ahora; desde mi punto de vista, la más importante es que no planificamos ni ordenamos la ciudad. El maestro Richard Rogers afirma que “cuanto más se expanden las ciudades, menos rentable resulta la expansión de sus sistemas de transporte público y, por tanto, más dependientes son los ciudadanos del vehículo privado”.
Por ello debemos preocuparnos por lo que ocurre en El Alto, con una expansión que, facilitada por la topografía de su territorio, parece ilimitada, como también lo parece la de Santa Cruz de la Sierra, ciudad en la que ya está claro que el peatón ha perdido toda posibilidad de moverse con facilidad, tranquilidad y seguridad, es una ciudad hecha y haciéndose para el vehículo. Esta visión errada en el ordenamiento de nuestras ciudades obliga a imaginar soluciones muy caras y, posiblemente, poco efectivas y con fuerte impacto, como el proyectado tren metropolitano de Cochabamba e incluso el teleférico en La Paz.
Coherente con su análisis y diagnóstico, la propuesta de Richard Rogers es la de “superar el urbanismo de función única y del predominio del automóvil”, creando una ciudad compacta y policéntrica. La “policentralidad” implica la sobreposición de funciones, la desconcentración de actividades, la cercanía y accesibilidad, condiciones de un urbanismo sostenible, para lo que La Paz presenta características y condiciones más que interesantes; de los componentes “origen y destino” del análisis de demanda de transporte, debemos “modificar el destino”, por ello, en el Plan La Paz 2040 logramos introducir el concepto y de éste nació el Programa de Centralidades, tema que será desarrollado con detalle en otra entrega.

La tendencia, casi normal, para resolver los problemas de circulación es la de ampliar la infraestructura vial, ensanchar avenidas y calles, construir distribuidores, abrir nuevas vías, etc., pero, como ya dijo el sociólogo, historiador, filósofo de la tecno-ciencia, filólogo y urbanista Lewis Mumford: “ampliar el número de vías de una autopista para reducir la congestión vial es como aflojar el cinturón para resolver la obesidad”.
Soy un convencido que tenemos infraestructura suficiente, más ahora que el GAMLP está construyendo grandes distribuidores de tráfico (serán comentados oportunamente en otras entregas); gran parte del caos vehicular, en mi opinión, radica en el sobre-dimensionado de vías, lo que permite a conductores poco educados e irresponsables hacer lo que quieren. Redimensionar adecuadamente anchos de vías, cruces, paradas y otros espacios de circulación vehicular, permitiría recuperar espacio público para el ciudadano de a pie, ordenar la circulación vehicular y controlar exceso de velocidad, temas que, también, podremos verlos en otras entregas.

Responsabilidades
Sobre las responsabilidades de autoridades se habló líneas arriba, siendo la planificación la más importante, pero hablamos de planificación participativa, no la de “informar sobre lo que estamos haciendo” que es como se han elaborado algunos planes, programas y proyectos siempre y por años. Sin embargo, en esta tan mentada planificación participativa, el ciudadano consultado debe tener claro que no se trata de pedir o demandar, tampoco de buscar el interés sectorial o de “mi barrio” o “mi calle” e, incluso, “mi casa y yo”, debemos aprender la importancia y el valor del bien común.
La educación es vital para buscar soluciones a este problema, se ha avanzado bastante con las “cebras” y otros esfuerzos municipales, sin embargo, mientras no se de la formación de conciencia ciudadana desde la infancia, en las aulas y en el hogar, seguirán los transportistas ignorando el rojo en los semáforos, la parada, el servicio al ciudadano y el usuario “apoyando” el caos adaptándose a sus causas. Asimismo, los conductores particulares desconociendo la obligación de las reglas, incumpliéndolas con prepotencia frente a los que ejercen el control y éstos sucumbiendo a la “coima”, etc.
Excelente critica a la deficiente educación vial y proyeccion de soluciones, hay posibilidad de un análisis así mismo ambiental? Con respecto al parque automotor?
Me gustaMe gusta
Gracias, querido Tocayo. La preocupación por el tema ambiental, ligado a la movilidad urbana y el transporte, está en la idea de propiciar una planificación urbana que reduzca la demanda de transporte y genere ahorro energético. Respecto del parque automotor, por las políticas vigentes, éste sigue creciendo y, al mismo tiempo, se mantienen unidades antiguas, faltas de mantenimiento que producen contaminación….. hay mucho que hacer sobre el tema
Me gustaMe gusta