Hace un año publiqué en este blog un artículo referido a la expansión de la ciudad de La Paz y la necesidad y condiciones de su densificación, mostrando cómo el mercado inmobiliario, cada vez más irresponsable, determina esa expansión, atropellando o adelantándose a cualquier intento de planificación en busca de beneficio inmediato y con total falta de preocupación por la sostenibilidad de esta hermosa ciudad.
(Ver: https://jorge-valenzuela.blog/2021/10/14/expansion-y-densificacion/).
En ese mismo artículo de la entrada de octubre de 2021, muestro cómo el mercado inmobiliario invade áreas destinadas a preservación del paisaje natural, a forestación o a áreas verdes al amparo de irregularidades generadas por la indefinición de límites del territorio municipal, la politiquería barata y la irresponsable gestión del territorio en los municipios involucrados.

En otra entrega de este blog me refería al avasallamiento de la propiedad municipal (propiedad pública, derecho de todos), preocupado por la destrucción del paisaje, por el avasallamiento de esa propiedad pública, pero más preocupado aún porque esa ocupación de tierras, en muchos de los casos, si no en todos, cuenta con “documentación legal” los más con base en “títulos agrarios”. Partamos de lo siguiente:
La Ley de Reforma Agraria (1953), al referirse a la “propiedad agraria” y sus formas, en su Artículo 4 define que “pertenecen al dominio patrimonial del Estado las tierras baldías, las que reviertan por caducidad de concesión o por cualquier otro concepto, las tierras vacantes que se hallan fuera del radio urbano de las poblaciones…”. Entiéndase por tierras baldías y tierras vacantes aquellas áreas no aptas para la actividad agropecuaria, tales como cerros, taludes, tierras con pendientes elevadas, aires de río, etc.
(Ver: https://jorge-valenzuela.blog/2018/12/05/avasallando-la-propiedad-publica/)
Una publicación en la primera plana del diario Página Siete de hoy, 19 de 0ctubre de 2022 confirma las razones de mi preocupación, pero, además, debiera generar preocupación y medidas de parte de las autoridades municipales. La noticia del diario publica una “revelación” del gobierno respecto a que, de los 2,3 millones de títulos agrarios emitidos por el INRA, “1,5 millones de títulos se dieron a tierras improductivas”, a pesar de lo que hace 70 años determinó la Ley de Reforma Agraria vigente. Está claro que no existe, por efecto de la politiquería barata, interés alguno del nivel central del estado por coordinar con el nivel municipal y coadyuvar a los esfuerzos municipales para una ocupación del territorio que garantice la sostenibilidad de las ciudades del país, de todas, no solamente de La Paz.

Que más del 65% de títulos agrarios correspondan a “tierras improductivas” no solamente molesta y preocupa por el engaño del que son objeto los destinatarios de esas tierras, si no porque molesta y preocupa la percepción clara de corrupción y manejo irresponsable del recurso tierra, recurso fundamental para la seguridad alimentaria, a pesar que los perpetradores del engaño, por años, se han llenado la boca con discursos como los de “independencia alimentaria”, “respeto por la madre tierra” y “economía comunitaria”.

Pero también debe recordarse que, por lo general, de los títulos agrarios parten los argumentos de “documentación legal” de los que ocupan tierras y áreas, incluso con características de constructibilidad de alto riesgo o áreas que, los esfuerzos por planificar y la norma emergente de dichos esfuerzos, establecen como “no edificables”, como “aires de río”, como “reservas naturales y paisajísticas” o “áreas verdes”. Como el registro de propiedad en Derechos Reales inscribía, hasta hace poco, propiedades carentes de georreferenciación, de información clara de ubicación o catastral (posiblemente se sigue haciendo respecto de propiedades alejadas en áreas rurales), los títulos agrarios podían presentarse con supuesta ubicación en áreas urbanas, dando paso a la especulación y a la libertad de acción del negocio inmobiliario irresponsable para ocupar suelo a su antojo. ¿Cuántos de esos “1,5 millones de títulos” servirán y sirvieron para atentar a la sostenibilidad del desarrollo de las ciudades?


La imagen destacada o de cabecera es una toma de pantalla de la primera plana del diario Página Siete publicada en su cuenta de Facebook; en la imagen se han cubierto otros titulares e imágenes de publicidad.
Estimado Jorge, mientras un Gobierno Municipal tenga limitaciones físicas, financieras y operativas para controlar y proteger el uso del suelo de su Jurisdicción, el avasallamiento a Áreas Protegidas estará abierto y libre a loteadores. Cuando el GAM les inicia procesos de Fiscalización por construir sin permiso, las personas que se esconden bajo títulos de profesionales, desarrolladores urbanos, comunarios, empresarios inmobiliarios y/o instituciones financieras arguyen razones que en la mayoría de los casos denotan total ignorancia de la Normativa, corrupción, desconocimiento de los limites municipales, estelionato y una serie de figuras delictivas. Esta practica sucede en La Paz y en la mayoría de los centros urbanos en expansión o áreas metropolitanas. Si a esta actividad ilícita sumamos el encubrimiento y protección de funcionarios municipales el problema llega a niveles de complicidad alarmante ocasionando una expansión irresponsable del mercado inmobiliario como mencionas.
Concuerdo contigo en la necesidad de revisar, renovar y volver a planificar el desarrollo armónico de la ciudad y los instrumentos normativos de ordenamiento territorial que en muchos casos están obsoletos, sin embargo nada de eso será suficiente si el Control y Fiscalización de edificaciones en el Suelo Urbano es insignificante o imperceptible en una ciudad de la Magnitud de La Paz, Lastimosamente «la cultura criolla está acostumbrada a construir nomás sea como sea y luego se regulariza», Una estructura fiscalizadora vigorosa y eficaz evitará que continúe el avasallamiento en los niveles actuales. Creo que la respuesta al problema está planteada.
Saludos Cordiales
Arq. Gustavo Lopez
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Gracias por comentar, Gustavo. La realidad es tenebrosa pero decirla, mostrarla y esbozar soluciones son pasos que debemos dar hasta lograr cambios. Un abrazo.
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