El negocio inmobiliario «planifica» la ciudad

“La capital cruceña se posiciona por encima de urbes como Buenos Aires o Río de Janeiro. El sector inmobiliario asegura que el auge de proyectos enfocados en el negocio de alquileres va ‘viento en popa’”. El Deber 05/02/2019.

 “Ningún otro departamento del país cuenta con tantos nuevos proyectos en pozo o a estrenar. Pero además, los nuevos desarrollos en Santa Cruz suelen marcar tendencia en el sector por su arquitectura de vanguardia, sus propuestas ecológicas, sus sistemas de domótica  o sus novedosos sistemas de renta temporaria pensados específicamente para inversores”. (Bolivia.com).

Siendo la planificación un proceso de toma de decisiones, es necesario tener claro quién toma las decisiones en la planificación urbana en nuestro país; desde mi punto de vista, las decisiones son comandadas por el mercado inmobiliario. La planificación municipal, cuando se desarrolla, va un paso atrás de la consolidación de asentamientos, por lo menos en La Paz y en El Alto, eso es un hecho; en una entrega anterior hemos visto cómo estos emprendimientos inmobiliarios suelen avasallar áreas forestales, cerros que nunca debieron tener derechos propietarios privados e incluso áreas de riesgo.

Prensa
La prensa informa sobre los proyectos, resalta el paso a la «modernidad» que éstos representan y destaca la aceptación de las autoridades.

Cuando estos emprendimientos alcanzan dimensiones que casi rondan la megalomanía, logran convencer a un amplio porcentaje de población detrás de argumentos de “desarrollo”, “modernidad”, “poner la ciudad al nivel de las grandes urbes del mundo”, etc. es cuando debemos considerar las condiciones bajo las que se desarrollan los mismos, ¿están normados por la ciudad?, o ¿es que la ciudad, a través de sus autoridades, y la población por su ansia de “desarrollo”, quedan tan impresionados por el supuesto “avance a la modernidad” o por “el hecho histórico” que tal negocio representará para la ciudad y lo aceptan con las mínimas condiciones?

Hay muchos proyectos de «urbanizaciones» que pueden ser objeto de este análisis, pero voy a referirme a dos proyectos cuya actualidad es innegable: el llamado “World Trade Center La Paz” o también conocido con el pretencioso nombre “Ciudad Toyosa”, en esta entrega, y el proyecto “Nueva Santa Cruz-Ciudad Inteligente”, en la siguiente, pero no para criticar las propuestas o su diseño, seguramente bien estudiados como tales, quiero referirme a las condiciones que estos proyectos debieran cumplir para su inserción en la ciudad el primero y en el área metropolitana de Santa Cruz el otro.

“World Trade Center La Paz – Ciudad Toyosa”

Se ubicaría en la llamada “Curva de Holguín”, en un área que hace años fue un cerro elevado (otra vez cerros con derecho propietario privado) al que se le aplicó un implacable corte a máquina hasta convertirlo en una plataforma, en la confluencia del Río Choqueyapu, cuyo cauce está unos 30 metros abajo, con el ahora embovedado Río Orkojahuira, por lo que es una “punta” de tierra. La topografía y la ocupación de la ladera del cauce del Choqueyapu han impedido, por muchos años, ampliar el ancho de vía de la Av. del Libertador que, luego de una curva cerrada, se encuentra con la Av. de los Leones, construida sobre el embovedado del Orkojahuira.

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La fotografía satelital muestra el área de la «Curva de Holguín», en la que se ve la plataforma resultante de un enorme movimiento de tierras que, hace algunos años, bajó un cerro. A la derecha una vista desde e sur, en la que se ven las estaciones del teleférico, el arranque de la Av. de Los Leones y, al fondo, uno de los Puentes «Trillizos».

La forma del predio, por tanto las curvas de la avenida, la condición de vía principal de la red urbana, de punto de conexión del centro con el sur de la ciudad y con el norte (Miraflores), hacen de este sector un punto conflictivo para la circulación vehicular y ni qué decir para la movilidad peatonal, a esto se suman dos estaciones, que interconectan tres líneas del teleférico, ubicadas dentro el terreno de implantación del megaproyecto. Por otra parte, la Ley de Uso del Suelo Urbano (LUSU), norma vigente, establece el área, en la que está insertado el predio del proyecto, como AR (Aires de Río), por lo tanto con importantes condicionamientos para su ocupación (incluso sin posibilidad de ocupación con construcciones), que deberían ser considerados para una posible aprobación, de parte del GAMLP, por tanto de la ciudad, de esta «mega intervención».

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La propuesta concentra los edificios en el borde este-sureste del predio. Por lo que muestra la perspectiva, el porcentaje de ocupación del suelo es altísimo (AMC en la norma de la ley LUSU), «remediando» con cubiertas verdes que no permitirán vegetación alta (árboles).

El impacto del proyecto sobre el área puede ser enorme, a las mencionadas poco amigables condiciones del predio, a los equipamientos que ya funcionan en él y a su entorno se sumarían seis torres, una de 60 pisos, de oficinas, vivienda, centros comerciales y otros en 35.000 m2 construidos sobre un predio de más o menos 4 has. de superficie (40.000 m2) de las cuales cerca de 1 ha. (10.000 m2) está ocupada por las estaciones del teleférico (estos datos son aproximados porque no han sido publicados y son resultado de apreciación). “Suponemos que tendrá un tráfico de hasta 12.000 personas, declara el promotor; como un parámetro de comparación para tener una idea del posible impacto, el Proyecto de Urbanización «Los Pinos» albergó, en su primera fase, en los años 70’s del Siglo XX, 4.500 personas y fue el detonante para la transformación de la Zona Sur hasta llegar a su actual congestión.

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En la planimetría de arriba se puede ver que se han diseñado soluciones viales que, se supone, optimizarán el flujo vehicular; todas estas obras viales debieran ser encaradas por el proyecto «Ciudad Toyosa». Es necesario acotar que el gobierno municipal ha proyectado un viaducto para resolver la accesibilidad a Obrajes, por lo que la propuesta que se muestra deberá ser adaptada, por tanto re-diseñada.

Entendiendo que será un hecho que el proyecto afrontará las inversiones necesarias en adecuar la infraestructura del entorno para minimizar el impacto tanto como para garantizar su propio funcionamiento, un emprendimiento inmobiliario de esta magnitud mínimamente requiere:

  • estudio de tráfico que analice los flujos del tráfico urbano y del ingreso y salida de vehículos que ocuparían 3.000 plazas de parqueo, garantizando que se minimice el impacto sobre el ya complicado tráfico vehicular en el sector;
  • sistema de tratamiento de aguas servidas para que, ya limpias, se realice su evacuación al río;
  • estudio de consumo de agua potable y análisis de presión para incluir soluciones que garanticen que el altísimo consumo que demandará no afecte a las ya exiguas condiciones de dotación del servicio en el sector y en su área de influencia (Obrajes y Zona Sur);
  • sistema interno y propio de recolección diferenciada (selección) de residuos sólidos para facilitar el recojo por parte del servicio municipal;
  • la ocupación del subsuelo y de las plantas inferiores se ve tan grande que las posibilidades de plantar vegetación alta (árboles) se reducirá a un área muy pequeña del total del proyecto, éste debiera garantizar se equilibre la superficie de espacios verdes y arborización con la altísima ocupación del suelo.
  • Dado que gran parte de las «áreas verdes» del proyecto se ve que están sobre cubiertas de edificaciones de propiedad de «Ciudad Toyosa», ¿cuál sería la situación legal de estas áreas verdes? ¿serán privadas o públicas? Si fueran privadas, ¿cuál el beneficio para la ciudad al permitirse tremenda intervención?, y si fueran públicas, al estar ubicadas sobre cubiertas de propiedad privada resulta muy difícil imaginar las condiciones de su uso público, de su administración, de su mantenimiento e, incluso, de cobro de impuestos.
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Una imagen «vendedora» del proyecto; nuevamente se ve el altísimo porcentaje de ocupación del suelo que se intenta «compensar» con áreas verdes sobre cubiertas, solución mucho menos eficiente para las condiciones medioambientales que la que conseguirían áreas verdes sobre terreno

Finalmente, debería estudiarse el impacto del proyecto sobre el futuro del sector de su implantación, como el que se dió en el Sur con la Urbanización «Los Pinos», esta vez con responsabilidad compartida entre el gobierno municipal (GAMLP) y los promotores, dado que será inevitable el surgimiento de una serie de equipamientos privados por la atracción de tal concentración de población, que se sumarán a los equipamientos ya existentes y en expansión, correspondiéndole al GAMLP el control de autorizaciones y construcciones así como la revisión de la norma y a los promotores del proyecto la inversión en las soluciones que demande el enfrentar este impacto.

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En la imagen de cabecera o imagen destacada, vistas de los dos megaproyectos: «Ciudad Toyosa-World Trade Center La Paz»  y «Nueva Santa Cruz-Ciudad inteligente». Ambas son imágenes promocionales de los proyectos obtenidas de la red.

PRIORIDAD

El deslizamiento de una celda del relleno sanitario de Alpacoma es, por sí solo, un serio problema ambiental y a ello se suma la acumulación de basura en la ciudad por el bloqueo del acceso al relleno sanitario por parte de “organizaciones sociales” que también impiden se dé curso a un acuerdo logrado con el Gobierno Municipal de El Alto para llevar la basura al relleno sanitario de Villa Ingenio de esa ciudad.

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Imagen superior, una vista del deslizamiento en Alpacoma, la imagen inferior muestra cómo se acumula la basura por la intransigencia de las «organizaciones sociales» afines al partido de gobierno.

Mientras el gobierno central, por medio de sus ministros busca e insiste sobre los problemas del relleno o la licencia vencida y se hace de la vista gorda respecto de los bloqueos de sus adeptos, la emergencia sanitaria es más grave día a día.

El gobierno está muy feliz por el traspié del alcalde de La Paz, “un opositor en problemas”, entonces actúa para buscar la manera de hundirlo y no ve que, como gobierno, también tiene la OBLIGACIÓN de apoyar en la solución de la emergencia sanitaria, esa es la PRIORIDAD, la gente es la prioridad, luego de solucionada ésta que haga todas las maniobras políticas que quiera!!!

URBANIZACIÓN Y PAISAJE

Con la ocupación del territorio producida por los 470 años de consolidación de la ciudad de La Paz, desde su fundación por los españoles en 1548, es muy difícil imaginarse lo que los conquistadores encontraron en el Valle del Chuquiago; por lo que se sabe, encontraron un valle fértil, con la poderosa presencia del nevado Illimani y asentamientos dispersos, iniciados bajo el influjo de la explotación de oro y, luego, dedicados a la agricultura. Una topografía compleja, regada por muchos cursos de agua de cinco cuencas hidrográficas, tan compleja que llevó a la administración de los conquistadores a considerar su traslado, al poco tiempo de su fundación, también por el agotamiento de las minas de oro.

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Las fotos de la izquierda, si bien no son del valle de Chuquiago (son de Sorata y «Río Abajo»), dan una idea de cómo pudieron haber visto los españoles el territorio al llegar al valle, su paisaje natural con pequeños asentamientos humanos. A la derecha, arriba, un gráfico, extractado del libro «La Paz» de Álvaro Cuadros B. (2004) que muestra la hidrografía del valle antes de su ocupación por la ciudad de La Paz; actualmente, esos cursos de agua, son el sistema de alcantarillado urbano. Abajo, a la derecha, la imagen satelital de «Google Earth» que muestra la mancha urbana de La Paz en la actualidad (2018).

Es obvio que para los conquistadores la fuerza y belleza sobrecogedora del paisaje era el argumento menos importante para valorar el nuevo asentamiento, pero ahora el paisaje natural del área de asentamiento de la ciudad de la ciudad de La Paz es uno de sus valores más importantes, motivo fundamental de su denominación como «ciudad maravilla». Sin embargo, es seguro que no todos están de acuerdo con esta importancia, la presión de la urbanización se ha “dedicado” a destruir estos valores, por tanto, a transformar de forma inmisericorde ese paisaje, transformación en la que, como no puede ser de otra manera, el negocio inmobiliario, sin importarle mucho, tiene la mayor responsabilidad, como también la tiene el estado. Hace pocos meses nos hemos enterado de las concesiones mineras en el nevado Illimani, un golpe muy doloroso para el más significativo emblema del paisaje natural de La Paz, que parece no causar preocupación en nadie, tampoco en las autoridades.

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El avasallamiento de áreas protegidas municipales y de áreas paisajísticas de la ciudad parece ser irreversible, la ocupación por «loteadores de cuello blanco» de tierras que, en virtud de lo establecido en la Ley de Reforma Agraria, debieron ser del estado, no tiene control y se respalda en documentación cuyo origen es inexplicable.
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Este gráfico muestra información oficial (2013) de cómo las áreas protegidas municipales son invadidas (manchas rojas) con muy pocas posibilidades para el Gobierno Municipal de ejercer un control efectivo para su preservación. (Gráfico del estudio de Yamil Maidana Tuco, Carrera de Biología de la UMSA, publicado por Página Siete)

Ya me he referido antes al oscuro y, sin lugar a dudas, corrupto manejo de la documentación y la legalidad de la propiedad rural posterior a la Reforma Agraria (1953), lo que ha permitido, y lo sigue haciendo, un proceso de urbanización con una ocupación indiscriminada, descontrolada y hasta irresponsable del territorio, generando grandes problemas de vulnerabilidad e inseguridad a los que se suma la destrucción del paisaje natural. Vanos son los esfuerzos del GAMLP para preservar las áreas protegidas municipales, la invasión de “loteadores” que exhiben documentación de derechos propietarios fraguada a lo largo de años, que aprovechan indefiniciones jurisdiccionales (límites intermunicipales) y que demuestran una total falta de respeto por la norma y por los incipientes esfuerzos de planificación.

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A pesar de las dolorosas experiencias que conmovieron a la ciudad en años pasados («febrero negro», 2002 o «megadeslizamiento», 2011, fotos de la izquierda), se siguen generando irresponsables asentamientos en áreas de riesgo (imagen centro, ladera oeste), las que, técnicamente se ha demostrado, se presentan en amplias áreas de la mancha urbana, lo que obliga al GAMLP a realizar importantes inversiones en prevención de riesgos (imágenes derecha). No sólo es un problema de paisaje urbano, es un tema de seguridad.
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La arquitectura, obviamente, tiene un rol fundamental en el paisaje y el medio ambiente urbanos. En la foto inserta arriba, a la derecha, se ve lo que yo considero un error del maestro Juan Carlos Calderón (es mi opinión personal y sostengo que errar es humano), una propuesta arquitectónica algo «pretenciosa» en un intento de «diálogo» de la obra con la naturaleza; no obstante ese error, la arquitectura del edificio muestra la calidad innegable de la obra del maestro. El proyecto original de Calderón siempre fue de dos torres, la segunda se construyó recientemente (2018), después de muchos años de su concepción, pero, lamentablemente, se hizo una CARICATURA de la propuesta arquitectónica del maestro, esto sí que es pretencioso en extremo!!!
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La contaminación visual es realmente preocupante, la proliferación de cables aéreos, además de las condiciones de inseguridad que generan, deterioran el paisaje y el ambiente urbanos; irónicamente,  el edificio patrimonial detrás de la maraña de cables en la foto del centro, a la izquierda, es el Palacio Consistorial (Alcaldía) y el de la foto inferior a la izquierda es el edificio conocido como «Palacio Chico» y es el Ministerio de Culturas. La proliferación de carteles, propagandas y anuncios producen una imagen caótica, poco estética y totalmente desvalorizada de la ciudad. (Las imágenes sobre cableados, usadas en la composición, pertenecen al diario Página Siete y a BETM)

El paisaje urbano no solamente depende de la configuración natural del territorio en el que se asienta la ciudad, su calidad se logra con la calidad del espacio público, con la arquitectura que lo conforma, con los componentes físicos de sus sistemas de servicios y redes. La gran contaminación visual en el paisaje urbano es responsabilidad de las instituciones proveedoras de servicios (cables, postes, cabinas) así como de las empresas comerciales (propaganda, avisos) a las que poco o nada les preocupa la calidad del espacio público, del ambiente o del paisaje urbano, mientras su negocio esté asegurado y, lamentablemente, lo aceptamos así, lo usamos así y la autoridad lo consiente así.

La imagen de cabecera (imagen destacada) es una vista impresionante de la ciudad de La Paz y su paisaje natural; fotografía de Isacc Mamani (2018)

¿VIADUCTOS PARA LA PAZ?

La ciudad de La Paz ha entrado en una etapa por la que todas las grandes ciudades han pasado o la están viviendo, la etapa de resolver los tremendos problemas de circulación con megaproyectos de infraestructura vial que, de principio, funcionan hasta que, después de un tiempo, la nueva situación demanda nuevas “soluciones” y más complejos proyectos de infraestructura.

El mayor problema de este tipo de proyectos está en que, por su escala y características, deshumaniza totalmente el área de su implantación, suelen ser grandes puentes, pasos a nivel, zanjones, etc., hechos para el automóvil y a la escala del problema que quieren resolver.

La Plaza del Estadio (Plaza “Tejada Sorzano»)

En esta entrega me voy a referir al proyecto, en ejecución, del “Viaducto Tejada Sorzano” en la Plaza del Estadio Hernando Siles, a partir de observar la poca información que se ha publicado sobre sus características. Desde ya, en honor a la verdad, no se puede decir que el área del proyecto era un espacio muy “humano”.

Era tan riesgoso que resultaba casi prohibido para el ciudadano de a pié y una “solución” totalmente insuficiente para un flujo vehicular caótico que se movía alrededor de una plaza icónica por sus características morfológicas (una “reproducción” reducida del templete semi-subterráneo de Tiahuano) y por haber albergado, durante mucho tiempo, un monolito original de la cultura tiahuanacota (monolito Bennet, hoy en Tiahuanaco y reemplazado por una buena réplica); sin embargo, esta plaza era casi inaccesible para el peatón y se convirtió en un mal distribuidor de tráfico para la confluencia de ocho vías (cuatro de ellas de doble sentido de circulación) y en un peor espacio público.

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Plaza del Estadio o «Plaza Tejada Sorzano» en Miraflores, parte del diseño original del barrio elaborado por el Arq. Emilio Villanueva a principios del Siglo XX. La plaza y el «templete tiahuacota» y al fondo el Estadio «Hernando Siles» en su «nueva versión» de los años 70’s, luego de la dolorosa demolición del estadio diseñado por Villanueva.

El problema es mayor cuando el Estadio Siles recibe 25.000 personas para un espectáculo deportivo, con muy escasas áreas de descongestión peatonal e inexistentes espacios de estacionamiento vehicular, obligando a la ocupación de las vías para este fin, con las consiguientes complicaciones en los flujos de circulación, agravadas al momento de la descongestión “post evento”.

El proyecto Viaducto “Tejada Sorzano»

Información sobre el proyecto: https://www.youtube.com/watch?v=xYvAg95LPgc

Indudablemente, la propuesta va dirigida a facilitar el flujo del tráfico vehicular con grandes posibilidades de éxito y en este cometido, como un bono para la ciudad, logra ampliar el espacio público accesible en más de 7,000 metros cuadrados, generando un amplio atrio para el Estadio, un gran espacio de encuentro y de descongestión peatonal, aunque esto, para ser efectivo a esta función, aparte del apoyo con estacionamiento vehicular (parqueos), que acertadamente incluye (más de 250 plazas), requerirá a futuro de otras soluciones alrededor.

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La «planimetría» del proyecto, a la derecha el Estadio «Hernando Siles». Abajo y arriba los «zanjones» de los accesos al viaducto; en el centro el espacio público recuperado y el «templete» preservado. El acceso peatonal a la plaza desde el sur se percibe algo restringido.

Si bien el objetivo es resolver problemas de movilidad urbana, en el proyecto del Viaducto “Tejada Sorzano”, además de mejorar el flujo vehicular, en uno de los puntos más conflictivos de la ciudad, efectivamente devuelve el uso del espacio público al ciudadano de a pié, resultado que siempre debe ser logrado en este tipo de proyectos.

Templete
Arriba, el «templete tiahuanacota» antes de los trabajos; con seguridad será demolido para posibilitar la construcción de los estacionamientos vehiculares subterráneos y reconstruido posteriormente. Abajo una vista del proyecto con el «templete» en el centro de la plaza.

El proyecto preserva y revaloriza el “templete tiahuanacota”, que ya es patrimonio de la ciudad y un atractivo turístico, haciéndolo más accesible e incorporándolo al espacio público; este espacio, con seguridad, se llenará de comercio informal en días de espectáculo deportivo, aunque esto es bueno como parte de la fiesta siempre y cuando no se vuelva permanente y, por otra parte, los anaqueles de vendedores fijos no aumenten a más de los 20 que han sido retirados para iniciar obras.

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Una vista, desde el sur, de la Plaza y el viaducto. En primer plano los zanjones que me asustan y preocupan y la vista de algunos espacios peatonales que pudieran considerarse como «espacios residuales», propios de este tipo de proyectos, que deberán ser analizados para evitar su tugurización.

Más allá de temas estéticos y de ingeniería, el mayor impacto lo generan los zanjones de acceso a los viaductos, creando barreras que, aunque en la avenida el flujo vehicular ya era una barrera, estas entradas son, a la vista y en sensación, notoriamente muy fuertes. Reclamaría un poco más de vegetación alta (árboles) y, siempre insistiré, en que es necesario observar con detalle la calidad de los espacios residuales que siempre se generan en este tipo de proyectos, espacios que, por sus características (pequeños túneles, rincones sin uso), tienden a convertirse en tugurios peligrosos, insanos e inseguros, pero que, con estrategias para el uso y con diseño se pueden resolver y transformar en espacios útiles, seguros e incluso agradables.

Avasallando la Propiedad Pública

Son muchos los frentes de presión que la ciudad debe contener para conservar las oportunidades que, a través de la normativa, se ha pretendido generar para mejorar su calidad ambiental y preservar sus áreas públicas. Esos frentes están fortalecidos por:

  • la indefinición de límites,
  • la especulación inmobiliaria,
  • la irresponsabilidad de profesionales,
  • el manejo discrecional de derechos propietarios y
  • la debilidad del control de la administración municipal.

La Ley de Reforma Agraria (1953), al referirse a la “propiedad agraria” y sus formas, en su Artículo 4 define que “pertenecen al dominio patrimonial del Estado las tierras baldías, las que reviertan por caducidad de concesión o por cualquier otro concepto, las tierras vacantes que se hallan fuera del radio urbano de las poblaciones…..”. Entiéndase por tierras baldías y tierras vacantes aquellas áreas no aptas para la actividad agropecuaria, tales como cerros taludes, tierras con pendientes elevadas, aires de río, etc.

En los ejemplos siguientes veremos cómo estas determinaciones legales no han tenido posibilidad de aplicarse y las áreas que, por ley, se consideran de “dominio público”, se han incluido como tierras de propiedad privada, con base en manejos ilegales y hechos de corrupción producidos durante más de 60 años y sin capacidad de control alguno dada la discrecionalidad y la poca rigurosidad en el manejo de la información (los organismos de la Reforma Agraria, Derechos Reales, Catastro Rural, INRA, etc.). 

Ejemplo 1: Área de Achumani – Distrito 18

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Área de Achumani, al este de la Av. Alexander. El círculo azul muestra los movimientos de tierra y el inicio de ocupación en un área que, en la Ley de Usos del Suelo (LUSU), está marcada como «P1 (verde oscuro): Preservación del Paisaje Natural». En el mismo plano de la LUSU, se tiene el área definida como «P2 (verde claro): Preservación del Paisaje Natural con Respaldo Legal»; no obstante esta «vehemente aclaración», véase la ocupación marcada por los círculos amarillos. El círculo rojo muestra la ocupación del área P1 y, nótese en la parte inferior del círculo en la foto, con una topografía complicada y, en la foto del plano de norma, marcada con patrón «3: Construcción en media y baja pendiente». La definición de áreas de «preservación paisajística» responde a la consideración de las características topográficas («tierras baldías» y «tierras vacantes» según la Ley de Reforma Agraria, por tanto «de dominio público») y calidad del suelo para edificación.

Ejemplo 2: Área de Irpavi – Distrito 18

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Área de Irpavi, en el sector donde, el 26 de febrero de 2011, se produjo uno de los más graves deslizamientos de la historia de la ciudad. (Más información en: https://es.scribd.com/doc/111166928/INFORME-MEGADESLIZAMIENTO). El círculo azul marca el área del deslizamiento con los trabajos realizados por la administración municipal; no obstante la gravedad del evento, la norma mantiene el patrón de asentamiento «4P-R: Construcción Pareada en Área de Riesgo» (¿?). Los círculos amarillos muestran la ocupación de áreas definidas como «P1 (verde oscuro) y P2 (verde claro): de preservación paisajística» y «AV: Áreas Verdes» (verde-amarillo). El círculo rojo muestra la ocupación de un «área de preservación paisajística» con un proyecto de un conjunto de edificios multifamiliares. La definición de áreas de «preservación paisajística» responde a la consideración de las características topográficas («tierras baldías» y «tierras vacantes» según la Ley de Reforma Agraria, por tanto «de dominio público») y calidad del suelo para edificación.

Ejemplo 3: Área de Pura Pura y Achachicala – Distritos 10 y 11

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Área de Pura Pura (Distrito 10, izquierda) y de Achachicala (Distrito 11, derecha). Los círculos rojo y amarillo muestran avance de asentamientos sobre el Bosque de Pura Pura, el pulmón más importante de la ciudad. El círculo azul muestra la ocupación del área que, en la LUSU, está marcada como «AF: Áreas de Forestación y Alta Pendiente». La definición de áreas de «forestación y alta pendiente» responde a la consideración de las características topográficas. («tierras baldías» y «tierras vacantes» según la Ley de Reforma Agraria, por tanto «de dominio público»).

¿Cómo pasaron de propiedad pública a privada? ¿Cómo las «tierras baldías y vacantes» lograron título agrario (el título en el que seguramente se basan estas ocupaciones)?

Fotografía de encabezado (imagen destacada): la Ladera Oeste de La Paz, fotografía de Tommy Sdenek Aliaga Solares (2015).

Valor de la naturaleza

He recibido de María Alejandra Velasco la solicitud de publicar esta su fotografía y comentar. Siempre he mostrado con entusiasmo y aplaudido manifestaciones de arte porque son la más bella creación del espíritu humano; en este caso es necesario preguntar: este árbol ¿murió «naturalmente»? o ¿fue por «muerte provocada»? Si la respuesta es positiva a la primera pregunta y se hicieron los esfuerzos necesarios por salvar tan añeja oferta de la naturaleza pero sin éxito, bienvenida la obra de arte; pero, si la respuesta es positiva a la segunda pregunta, ni el arte justificaría tremendo crimen. Que se pronuncie la conciencia de los involucrados!!!

USO Y ABUSO DEL ESPACIO PÚBLICO EN LA PAZ

Una cuarta entrega sobre los problemas urbanos de La Paz, los que me permití priorizar desde mi punto de vista y cuyas soluciones demandan grandes inversiones, verdadera voluntad política y efectiva participación. Ésta es la continuación de la del tema espacio público, nos enfocaremos en el uso que se le da en la ciudad; pero, también, se hará énfasis en las responsabilidades que, como autoridades, ciudadanos, inversores y profesionales asumimos.

Uso del Espacio Público

Hemos visto que el espacio público es insuficiente en la ciudad de La Paz, deficitario y con el problema de la escasez de áreas para encarar una reversión de ese déficit, veamos cómo usamos el que tenemos.

  • Las áreas verdes para el uso y disfrute de la población, además de escasas, están rodeadas de rejas;
  • las aceras, parte fundamental del más común de los espacios públicos, la calle, están ocupadas por comercio, formal e informal, servicios (talleres mecánicos, por ejemplo) o actividades particulares de construcción e, incluso, estacionamiento vehicular
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Aceras ocupadas por comercio informal en La Paz
  • las plazas, pocas son espacios recreativos, en muchas hay invasión comercial, ocupaciones “temporales” por ferias que, de tanto repetirse, ya no son “tan temporales”;
  • la plaza cívica por excelencia, la Plaza Murillo, está prohibida para el ejercicio democrático de la libre expresión;
  • los parques urbanos, como el de Mallasa o el de Pura Pura, están aún en formación, especialmente este último, para ser atractivos y seguros espacios de recreación;
  • el Parque Urbano Central no logra consolidarse como un área de recreación, aunque áreas como las “canchitas” y el Laikakota son lugares atractivos y con mucha actividad. Soy muy crítico con el uso de “césped sintético” en campos deportivos en un parque urbano.
  • el riesgo de desaparición del Parque de la Revolución es real, la invasión de loteamientos parece imparable y lo mismo ocurre con las cerranías del sureste (Auquisamaña, Alto Calacoto, Alto La Florida), con asentamientos caros en proceso de consolidación (Urbanización Escondida, por ejemplo).
Parque Revolución-C
El área destinada al Jardín de la Revolución, que nunca llegó a consolidarse como el gran espacio verde y pulmón urbano que debió ser, está en peligro de desaparecer por la arremetida de loteadores. Obsérvese los movimientos de tierra ya realizados.

El paisaje como capital de la Ciudad Maravilla y su paulatina destrucción será tema de otra entrega.

¿Cuál es, entonces, el concepto de espacio público que tenemos como autoridades, como ciudadanos y como sociedad en general?

Hay autoridades que se consideran dueñas de todo, no se les pasa por la cabeza que son funcionarios administradores temporales de la propiedad de todos, no entienden que el Palacio de Gobierno (incluido el mamotreto recién construido), el edificio del Congreso (incluido el horror en construcción) o cualquiera de los edificios de los ministerios u otras oficinas estatales son edificios públicos (“público es aquello perteneciente a toda la sociedad o común del pueblo”, señala el diccionario), por tanto esos edificios son de todos nosotros y nosotros, al ejercer democracia, hacemos a esas autoridades sus administradores temporales. Sin embargo, lo primero que le ponen a un edificio público son rejas, o restringen el paso  por una vía pública porque es “la calle de la casa del pueblo” (sí, con minúsculas), por la calle donde se ubica la residencia presidencial no circulan vehículos desde las 10 de la noche, por la acera de esa misma calle no pueden circular peatones nunca!!! ¿Por qué? ¿No es nuestra ciudad? ¿No es nuestro espacio? Menudo inquilino tiene esta hermosa ciudad, sí, inquilino, porque eso es el aparato del gobierno central en la ciudad de La Paz.

También la autoridad municipal, quizás en su celo por el mantenimiento y cuidado de las escasas áreas verdes, restringe el uso y disfrute de los espacios públicos colocando rejas, incluso peligrosas por su diseño, rodeando áreas que debieran ser abiertas y de acceso libre para todos (ver foto de encabezado). También pienso que debiera asumir responsabilidad por la ocupación indiscriminada del espacio público que hace el comercio informal, no ejerce control, carece de información, o si la tiene no la usa adecuadamente, y va perdiendo autoridad frente a organizaciones que se hacen cada vez más fuertes, hasta peligrosas, y se adueñan de la ciudad ¿sin vuelta atrás?, esperemos que no.

Pero aquí entra la idea de espacio público que tenemos los ciudadanos, ese acceso libre que reclamo ¿asegura el cuidado y el mantenimiento que, con esfuerzo, busca la autoridad municipal? Este es un aspecto muy importante del uso y disfrute del espacio público. “Pseudo-graffiteros” (respeto el “graffiti” como arte) ensucian la ciudad con garabatos que, en su mayor parte, son copiados, queriendo “hacerse dueños” de nuestros espacios visuales, destruyen con su mugre pintada monumentos y edificios patrimoniales, pintan sobre piedra como si fuera una superficie cualquiera de plástico, seguramente porque no saben, o no les importa, que la piedra es el material más noble que nos da la naturaleza, por el tiempo que ella se ha tomado en crearla; en este crimen se les suman los “pseudo-graffiteros esbirros” de los políticos en tiempos de elecciones (pobre ciudad, lo se le viene en muy poco tiempo!!!).

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Fachada del Centro Cultural de España en La Paz, proyecto del Arq. Julio Mariaca Pando que data de 1937, construido en piedra, ahora dañada por «pseudo-grafitteros» con garabatos sin sentido que no consideran la importancia de la obra ni el valor de la piedra como material.

Hay quienes pisotean jardines bien trabajados, que destruyen plantas y árboles, que echan basura en fuentes de agua (por eso no hay muchas), que sacan a calles, plazas y parques a sus mascotas y que no limpian lo que éstas ensucian, que dejan basura por donde pasan o la tiran desde sus vehículos en marcha; con esta mentalidad, el acceso libre al espacio público se vuelve un peligro.

Tampoco hay respeto por la libre circulación que favorece al flujo vehicular, las empresas proveedoras a comercios detienen sus camiones sin discriminar vías principales, a cualquier hora, interrumpiendo como «por derecho» el flujo de la circulación vehicular, como lo hacen empresas de servicios para las que las vías son consideradas espacios de estacionamiento como un «derecho adquirido» por su actividad.

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Ocupación indiscriminada de la vía en provecho del negocio privado.

Como sociedad en general no hemos entendido la idea de espacio público, los bloqueos contra la autoridad son una restricción al uso y disfrute del espacio nuestro, restricción generada por nosotros mismos, nos bloqueamos para protestar contra las autoridades que, insensibles, les interesa un bledo el bloqueo porque a ellas no les afecta, sin embargo, con cada bloqueo hacemos la ciudad menos amigable para nosotros mismos y, lamentablemente, nos hemos acostumbrado y hemos hecho del bloqueo parte de nuestra cotidianeidad ¿es justo?

El uso del espacio público como mercado, por su connotación social, por su importancia en nuestra ciudad y por su dimensión, será analizado en otra entrega.

Imagen superior: Vista nocturna de la Fuente de Neptuno en la Plaza del Montíclo, Sopocachi, fotografiada por «Lived Moments – Samito», 2015.

DÉFICIT Y CARACTERÍSTICAS DEL ESPACIO PÚBLICO EN LA PAZ

Esta entrega parecerá un tanto informativa o con un «toque académico», pero es necesario mostrar lo que considero problema sobre el espacio público, su déficit y características en La Paz, como una tercera entrega sobre sus problemas urbanos, los que me permití priorizar desde mi punto de vista y cuyas soluciones demandan grandes inversiones, verdadera voluntad política y efectiva participación; en una entrega siguiente se tocará el uso que se hace de él y se hará énfasis en las responsabilidades que, como autoridades, ciudadanos, inversores y profesionales asumimos.

Espacio Público

Desde que el hombre se hizo sedentario y empezó a vivir en comunidad, generó áreas de uso compartido; las grandes civilizaciones mesopotámicas y Egipto lo hicieron creando avenidas y espacios alrededor, para o en sus templos, pero el espacio público por excelencia nace con la democracia, en Grecia; basta ver el carácter introvertido de su vivienda y la importancia de la vida pública en ágora y acrópolis para entender el valor que el espacio comunitario tenía en las ciudades griegas.

En las ciudades contemporáneas, desde que, en el Siglo XIX, surge el urbanismo como disciplina, el espacio público y las áreas verdes son importantísimos componentes urbanos para definir la calidad de vida, dimensionados en función de la población y los requerimientos ambientales. Parámetros internacionales definidos desde la apreciación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), consideran óptimo para la calidad de vida urbana el dato de 9 m2 de área verde por habitante, además de los espacios públicos “secos” (plazas, explanadas, atrios, vías etc.); según información de EMA Verde, en La Paz se cuenta con 2,48 m2 de área verde por habitante.

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La Paz vista desde el noreste. Las grandes áreas libres son barrancos, taludes o altas pendientes, algunas con posibilidad de uso pero a costos muy altos, otros son resultado de deslizamientos, difícilmente adecuables para uso; sin embargo, varias pueden ser áreas forestales. Al fondo el perfil de la ciudad de El Alto. Fotografía publicada por Brayan Barboza Torres-2015.

Espacio Público en La Paz

En La Paz, el espacio público es escaso y deficitario para la cantidad de población que alberga, eso nadie lo puede negar y, por la accidentada topografía y la ocupación acelerada y no planificada del territorio a lo largo de años, es también escasa la disponibilidad de áreas para nuevos espacios públicos e, incluso, para equipamientos comunitarios. El Bosque de Pura Pura, el Parque Urbano Central, el Jardín de la Revolución, el Valle de la Luna y el Parque de Mallasa son, las posibles y aún factibles, grandes áreas verdes del área metropolitana de La Paz; todos estos espacios han sufrido, en algún momento, invasiones con ocupación para vivienda, algunos de ellos todavía deben soportar presión de nuevos avasallamientos como el Jardín de la Revolución y el Parque de Mallasa.

Es innegable que, desde el año 2000 se ha iniciado, con éxito, un proceso de “recuperación verde” de la ciudad y que desde entonces se ven más áreas vegetadas y espacios abiertos para uso público en La Paz, sin embargo, el déficit heredado del acelerado crecimiento urbano y el descontrolado proceso de ocupación del territorio era enorme y aun, a pesar del esfuerzo, no se logra revertir.

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Parque Urbano Central. Ubicado entre los tradicionales barrios de Sopocachi y Miraflores, aún no se ha logrado consolidar como elemento integrador y tampoco se ha incentivado su uso masivo, salvo el de algunos sectores; la topografía accidentada es uno de los obstáculos. –Fotografía de autor desconocido-2012.

En la mancha urbana de La Paz, aparte de algunas plazas, relativamente dimensionadas y diseñadas, los espacios públicos son áreas residuales de trazos viales y de ocupaciones antiguas, taludes, jardineras y rotondas resultantes de los requerimientos de vías que, al igual que las plazas, por los esfuerzos de mantener sus jardines, muchas están rodeadas de rejas, lo que restringe su calidad de “público” y la libertad de su uso, que debe ser el principio fundamental de su existencia.

Las posibilidades de incrementar espacios para forestación que, en el proyecto elaborado con apoyo de la GTZ en los años 90’s, se ubicaban en las laderas y en los cerros circundantes de la ciudad, cada vez son menos. Los problemas jurisdiccionales que se generan por indefinición de límites y el incipiente control municipal dan paso a una indiscriminada ocupación de estos espacios; cada vez son más las huellas de movimientos de tierra que destruyen el patrimonio natural del paisaje urbano, trabajos de “urbanización” y “desarrollos” inmobiliarios irresponsables que surgen de manejos muy dudosos de los derechos propietarios de esos espacios, un tema que, por su importancia para la gestión del suelo urbano, veremos en otra entrega.

(El paisaje como capital de la Ciudad Maravilla y su paulatina destrucción será tema de otra entrega).

La Plaza San Francisco es el espacio público por excelencia en la ciudad de La Paz, es “la bisagra” de la expresión espacial de la “ciudad de españoles” y la “ciudad de los indios” de la colonia, es sitio de encuentro y de actividad múltiple, es un lugar en la ciudad, en él se lee claramente ese concepto sobre el ámbito urbano expresado por el maestro Aldo Rossi: “la ciudad es el lugar de la política, el espacio donde las manifestaciones colectivas expresan su voluntad”. La Plaza San Francisco es también importante por todos los hechos históricos que en este espacio se han dado, tanto como el mismo Rossi nos enseña «……los lugares son más fuertes que las personas, el escenario más que el acontecimiento».

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Plaza de San Francisco, el espacio público por excelencia de la ciudad de La Paz, a la derecha la Basílica Mayor de San francisco, importante monumento colonial; a la izquierda y de frente la Av. Montes y la Av. Macal. Santa Cruz, construidas sobre el río Choqueyapu, embovedado, a principios del Siglo XX. Fotografía de Dionicius Dionicius-2015.

Responsabilidades

El gobierno municipal ha asumido su responsabilidad desde la creación de la Empresa Municipal de Áreas Verdes (EMA Verde) y, como se dijo líneas arriba, la situación ha mejorado para la ciudad; sin embargo, queda mucho trabajo por delante, no solamente de “recuperación verde”, sobre todo de generación de nuevos espacios públicos, de control y aprovechamiento de áreas libres, de mejoramiento del espacio público existente, incluido el espacio vial y, como veremos en la siguiente entrega, de involucramiento del sector privado en la creación, preservación y revalorización del espacio público.

Nuestra responsabilidad de ciudadanos está en el control social, vigilando nuestros espacios comunes, nuestra responsabilidad de profesionales está en asegurarnos, al momento de aceptar un trabajo, de no estar quebrantando la norma ante el requerimiento del cliente, lo que corresponde al comportamiento ético de arquitectos, abogados e ingenieros, nuestra responsabilidad como docentes está en, además de enseñar la ciencia, la técnica y el arte, enseñar sobre los valores éticos y nuestra responsabilidad como padres está en enseñar a nuestros hijos valores de vida para el respeto a los demás y que aprendan que el bien común está por encima del interés personal.

Fotografía de encabezado: Philip Kittelson-2016, Plaza Isabel La Católica, Sopocachi.

Más información sobre las áreas verdes se encuentra en los siguientes sitios web que, aunque algo desactualizados, muestran bastante de lo que se tiene en la ciudad y del trabajo desarrollado:  

https://es.scribd.com/doc/43131741/Areas-verdes-de-la-ciudad-de-La-Paz

http://www.emaverde.com.bo/index.php/es/

 

MOVILIDAD URBANA

Continuando con la revisión de los problemas urbanos cuyas soluciones demandan grandes inversiones, verdadera voluntad política y efectiva participación, tomamos los problemas de movilidad urbana, que van más allá del transporte y de la infraestructura vial, pasan por la accesibilidad y autonomía, cercanía, seguridad y uso del espacio público. Pero, también, se hará énfasis en las responsabilidades que, como autoridades, ciudadanos, inversores y profesionales asumimos.

Movilidad urbana

Es indudable que la circulación vehicular se ha hecho muy pesada en la ciudad de La Paz, además de un transporte público basado en unidades pequeñas (“minibuses”), con capacidad de entre 10 y 15 pasajeros, hay grandes oportunidades para importar y adquirir vehículos nuevos y otras que facilitan el contrabando y la informalidad total, incrementando anualmente, según información del GAMLP, en 12,000 unidades el parque automotor.

Aún no creo mucho en la capacidad del teleférico como transporte público masivo, indudablemente ha generado, además de un gran y dañino impacto sobe el espacio público, comodidades para muchos usuarios en determinados tramos, conectividad rápida y atractiva y alternativa al transporte bloqueado; quizá su mayor ventaja está en las líneas roja y amarilla, ahora también la morada, porque unen el conglomerado La Paz-El Alto salvando 200 metros de desnivel. Sin embargo, concluida la red y las interconexiones, en el tiempo, habrá que medir y analizar su importancia y aporte en las mejoras a la movilidad.

El sistema de transporte de La Paz Bus, los buses Puma Katari que, sin duda, con su servicio han creado una cultura de respeto, educación y buena ciudadanía, trasladada también al teleférico, no obstante ser “más masivo”, aún no ofrece un balance efectivo en su aporte para resolver los problemas de movilidad urbana. En mi opinión, todavía no lo logra, porque el poder y la presión de los sindicatos de transportistas “minibuseros” no le permiten cubrir las rutas principales y de mayor demanda y, también, porque el sistema está aún incompleto y en proceso de conformación. El transporte masivo, ideado por La Paz Bus, tiene un largo camino para desarrollarse y una dura batalla contra los intereses del, aún, monopolio de los poderosos grupos y sindicatos de transportistas.

Importancia del transporte masivo
Importancia del transporte público masivo para la sostenibilidad del desarrollo urbano. (Gráficos del «Manual de diseño de calles para las ciudades bolivianas», Proyecto Aire Limpio y Swisscontact, 2015)

Pero también debemos ver otras causas de este desorden y de la incapacidad de resolverlo con lo hecho hasta ahora; desde mi punto de vista, la más importante es que no planificamos ni ordenamos la ciudad. El maestro Richard Rogers afirma que “cuanto más se expanden las ciudades, menos rentable resulta la expansión de sus sistemas de transporte público y, por tanto, más dependientes son los ciudadanos del vehículo privado”.

Por ello debemos preocuparnos por lo que ocurre en El Alto, con una expansión que, facilitada por la topografía de su territorio, parece ilimitada, como también lo parece la de Santa Cruz de la Sierra, ciudad en la que ya está claro que el peatón ha perdido toda posibilidad de moverse con facilidad, tranquilidad y seguridad, es una ciudad hecha y haciéndose para el vehículo. Esta visión errada en el ordenamiento de nuestras ciudades obliga a imaginar soluciones muy caras y, posiblemente, poco efectivas y con fuerte impacto, como el proyectado tren metropolitano de Cochabamba e incluso el teleférico en La Paz.

Coherente con su análisis y diagnóstico, la propuesta de Richard Rogers es la de “superar el urbanismo de función única y del predominio del automóvil”, creando una ciudad compacta y policéntrica. La “policentralidad” implica la sobreposición de funciones, la desconcentración de actividades, la cercanía y accesibilidad, condiciones de un urbanismo sostenible, para lo que La Paz presenta características y condiciones más que interesantes; de los componentes “origen y destino” del análisis de demanda de transporte, debemos “modificar el destino”, por ello, en el Plan La Paz 2040 logramos introducir el concepto y de éste nació el Programa de Centralidades, tema que será desarrollado con detalle en otra entrega.

Mapoa origen y destino
El concepto que planteo de «modificar el destino» a partir de la consolidación o creación de nuevas centralidades. (Mapa de origen y destino de la movilidad urbana elaborado por el Instituto del Transporte y Vías de Comunicación de la UMSA)

La tendencia, casi normal, para resolver los problemas de circulación es la de ampliar la infraestructura vial, ensanchar avenidas y calles, construir distribuidores, abrir nuevas vías, etc., pero, como ya dijo el sociólogo, historiador, filósofo de la tecno-ciencia, filólogo y urbanista Lewis Mumford: “ampliar el número de vías de una autopista para reducir la congestión vial es como aflojar el cinturón para resolver la obesidad”.

Soy un convencido que tenemos infraestructura suficiente, más ahora que el GAMLP está construyendo grandes distribuidores de tráfico (serán comentados oportunamente en otras entregas); gran parte del caos vehicular, en mi opinión, radica en el sobre-dimensionado de vías, lo que permite a conductores poco educados e irresponsables hacer lo que quieren. Redimensionar adecuadamente anchos de vías, cruces, paradas y otros espacios de circulación vehicular, permitiría recuperar espacio público para el ciudadano de a pie, ordenar la circulación vehicular y controlar exceso de velocidad, temas que, también, podremos verlos en otras entregas.

Redimensionado vías
Ejemplo de recuperación del espacio público con el redimensionado de vías en la zona del Cementerio de Sucre, Bolivia. (Gráficos del «Manual de diseño de calles para las ciudades bolivianas» , Proyecto Aire Limpio y Swisscontact, 2015)

Responsabilidades

Sobre las responsabilidades de autoridades se habló líneas arriba, siendo la planificación la más importante, pero hablamos de planificación participativa, no la de “informar sobre lo que estamos haciendo” que es como se han elaborado algunos planes, programas y proyectos siempre y por años. Sin embargo, en esta tan mentada planificación participativa, el ciudadano consultado debe tener claro que no se trata de pedir o demandar, tampoco de buscar el interés sectorial o de “mi barrio” o “mi calle” e, incluso, “mi casa y yo”, debemos aprender la importancia y el valor del bien común.

La educación es vital para buscar soluciones a este problema, se ha avanzado bastante con las “cebras” y otros esfuerzos municipales, sin embargo, mientras no se de la formación de conciencia ciudadana desde la infancia, en las aulas y en el hogar, seguirán los transportistas ignorando el rojo en los semáforos, la parada, el servicio al ciudadano y el usuario “apoyando” el caos adaptándose a sus causas. Asimismo, los conductores particulares desconociendo la obligación de las reglas, incumpliéndolas con prepotencia frente a los que ejercen el control y éstos sucumbiendo a la “coima”, etc.